Desde su origen en E.E.U.U. el método comprobó su eficacia en la prevención y mejora de lesiones (de espalda sobretodo). Por esta razón asistimos a un gran auge de servicios relacionados con el Pilates (Asociaciones de vecinos, gimnasios, centros de fisioterapia…) y esta masiva oferta de clases ha desvirtuado su aplicación original.

La eficacia del método se pierde si se trabaja en grupos demasiado numerosos. Expertos de todo el mundo aseguran que más de seis o siete personas imposibilita la corrección y el acompañamiento que precisa cada persona, corriendo el riesgo de crear o agravar lesiones previas. Estas circunstancias hacen que nuestra línea de trabajo sea más fiel al método original, conservando así todo su potencial preventivo y rehabilitador.